Si copa to, logías.

 

 

 

     Los especialistas en el alma están obsesionados con que todo lo que somos tiene que ver con la infancia. Algunos llegan a decir que sobre todo con la estancia en el vientre materno y con el trauma del nacimiento. Unos piensan que los traumas infantiles nos gravan de por vida, otros que no tanto pero que también. Otros que...

     Yo creo que todo grava y que si bien habrá casos en que lo infantil tare más, hay cosas adultas que son más traumáticas que las infantiles, y en definitiva soy más partidario de hablar de hechos que de traumas. O sea que uno es como es y da lo mismo lo que sea y que lo sea por pitos o por flautas. No tiene vuelta de hoja y es tontería perder el tiempo en buscar el sexo de los ángeles. Pero no soy yo sicotécnico ni putas las ganas, que algo me ha dicho siempre que los expertos en esta materia no están del todo cuerdos. Más bien muchos andan algo tocados. Casi siempre coincide con que este tipo de especialistas tienen una cara que denota terrible enfermedad interior, encurtida con el ejercicio de su profesión, o al menos una carga poco sana. Unos más otros menos. Algunos, la verdad, tienen jetas alarmantes.

     Como este pobrecillo que ha salido en la tele hoy explicando que los medios han tergiversado lo que él ha vertido en el senado como experto consulto en sicopatología. No sé el qué ha sido lo que ha dicho, pero es algo referente a la salud mental de los homosexuales y sus padres casi siempre borrachos, putas y maltratadores, degenerados en algún tipo o manera o algo así. En cuanto le he visto la cara me ha dao pena el sufrimiento que arrastra y por eso le he invitado a mi consulta para tratar de solucionarlo. Yo no he estudiado tan terrible carrera, pero tengo un sexto sentido para ver qué es lo que hay detrás de las cosas que ha hecho innecesario el pasar por esos aros para poder solucionar ciertos patos de esas logías. Y en este caso, claro, el problema está tan claro que salta a la vista. No hay más que oír su nombre...

     prrrsssrr prrrsssrr prrrss...

     -Dime Maripili.

     -Ha llegado Aquilino Polaino, tiene hora para ahora.

     -Ah, sí, claro, dile que pase, por favor.

     Es muy puntual. Eso quiere decir que está en el fondo interesado en el tratamiento. Espero desenmarañar su psique en una sola sesión.

     Toc, toc

     -¿Se puede?

     -Claro, pase pase, señor Polaino. Llega usted muy puntual.

     -Mire, como profesional la puntualidad es de las cosas que más observo. Una vez tuve un paciente que parecía normal por todo pero que siempre llegaba tarde a las citas. No importaba de qué se tratara. Siempre. Lo que le había conducido a un doloroso callejón sin salida en su vida laboral y familiar y... Pero bueno, ahora es de mí de quien he venido a hablar ¿no es cierto? Le diré sin embargo como resumen que me costó mucho trabajo encontrar la clave de su vicio y que resultó que era el hecho de que su madre le había intentado retener en su vientre para hacer coincidir su nacimiento con cierto día del santoral por el que ella tenía una predilección en el fondo pecaminosa. Era el del nombre del joven sacerdote, con el que había mantenido contactos extramaritales y que al parecer, ella, guardaba la esperanza de que fuera el padre del paciente. Un caso muy doloroso. Sobre todo al final cuando el paciente echó sobre su madre, también presente en mi consulta, toda la culpa de su acto, haciéndola sentir la angustia y el ahogo que tuvo que soportar él durante tres semanas sin poder nacer, así como la culpa que había soportado hasta el momento por el hecho de haber nacido tres días antes de la onomástica a pesar de los esfuerzos de ella, y el horror de toda una vida de cargar el nombre conmemorativo que por supuesto le puso. Un nombre marcado con el nefando pecado de la adúltera, imagínese usted...

     -Muy interesante. Muy interesante

     -¿De verdad se lo parece? Ha sido uno de mis casos más sorprendentes...

     -Desde luego, desde luego. Recuéstese ahí, señor Polaino, en el diván. Voy a correr un poco las cortinas si no le importa para facilitar su relajación... Así esta bien. Muy bien. Es curioso que haya usted empezado a contarme precisamente esto.

     -¿Usted cree? Ha sido una casualidad relacionada con la puntualidad...

     -Debería usted saber, como profesional, que no existe la casualidad. Y menos aún como practicante de esa religión que practica.

     -Hombre ha sido un recuerdo traído por los pelos de la palabra...

     -Y menos aún existe la casualidad en el lenguaje. Lo que decimos siempre tiene un por qué ¿No es eso exactamente lo que usted aplica en sus técnicas terapéuticas?

     -Pues...

     -Bien, no importa, vamos a lo que nos interesa. Dígame, ¿por qué esa obsesión profesional con el asunto homosexual? ¿Cuando recuerda haber tenido por vez primera el deseo de dedicar su tiempo a ese asunto?

     -fue... un año después de acabada la carrera...

     -¿Está usted seguro? ¿Siente usted a veces un sentimiento de que todo lo que usted practica pueda ser sencillamente una filfa?

     -¡Nunca!

     -Parece usted demasiado seguro.

     -¡Por supuesto!

     -¿No ha considerado usted nunca que el enfermo puede ser usted y que el sano sea su paciente?

     -Eso es más probable que le haya pasado a usted y a los de su calaña.

     -Ciertamente, a mí me pasa, pero... ¿a usted, nunca? ¿Ni siquiera un momento ha dudado de usted mismo, de su forma de ver las cosas? Dígame, ¿no ha sentido usted jamás algún tipo de atracción... de admiración quizás demasiado sexual... de turbación incómoda y absurda ante la presencia de otro ejemplar de su mismo sexo, cierto nerviosismo inexplicable que por supuesto haya escondido y relegado a ese sitio donde metemos las cosas que no hubiéramos querido tener que experimentar?

     -Es usted un retorcido como todo perverso. Por gente como usted está degenerando la especie. Quizás tendría que pasarse por mi consulta para ver si le hago ser un hombre normal y como dios manda.

     -Vaya, otro guiño de lenguaje ¿Es usted conocedor de cómo manda dios? ¿Tiene una regla para la normalidad? Posiblemente yo sea un degenerado pero es usted el que está en mi consulta en ese momento ¿Por qué ha accedido a venir?

     -He venido para demostrarle que sois todos unos pervertidos, desechos, patologías...

     -¿Por qué?, señor Polaino ¿Por qué le molesta a usted tanto que cada cual haga de su sexualidad lo que le de la gana? ¿No es eso una patología del orgullo? ¿Se ha parado a pensar que por un homosexual hecho polvo que va a su consulta hay miles que se lo pasan pipa sencillamente metiéndose mano los unos a los otros? ¿Cuantos de sus pacientes son niños llevados allí por padres perturbados para que usted les torture y aniquile?

     -¡Es necesario una ley natural...!

     -¿Ley natural? ¿Y no es más antinatural aún el celibato? Mire, es posible que en un futuro tengamos que sufrir leyes tales que no podamos ni peer a culo libre sino en recipientes colectores de los gases, por intereses naturales, bajo pena de muerte incluso, como forma de salvaguardar el aire para la especie y para la vida. Y quizás tengamos que admitirlas bajo el punto de vista de la lógica y la funcionalidad. Pero lo que cada uno haga con su polla, su chocho, su cuerpo y su ojete como forma de obtener el placer que más le plazca, libremente, y con el sólo consentimiento mutuo en caso de paridad, señor Doctor, eso es derecho fundamental y sin consecuencia alguna para los ajenos al acto, y por lo tanto no debe haber dios que lo impida y lo obstaculice, menos un tarado que haya hecho un curso en una universidad y se ampare en sus diplomas para joder la vida al prójimo.

     -¿Sí? ¿Y qué me dice de que la ley permita a enfermos sexuales criar niños? ¡Qué va a pasar con el desarrollo integral de esas criaturas!

     -Señor, Polaino, miles de niños han sido criados por los aún más sospechosos de anormalidad enfermiza que son los del ambiente del clero y sus torpes celibatos y han salido, si bien muchos de ellos maricones, la mayoría héteros en apariencia normalitos. Por ahí no...

     -¡Por qué ha dicho usted eso!

     Grita el paciente visiblemente asustado y al borde de un ataque.

     -Tranquilícese, señor Polaino, por ahí no...

     -¡Por qué dice eso! ¿Por qué? ¿Por qué? Por qué? ¿Por qué?

     -¿Qué, señor Polaino? ¿Qué es lo que he dicho? Relájese. Por ahí no...

     -¡Hijo puta, hijo puta ¿quién te lo ha contado?... te voy a mataaaarrrr...!

     -Maripili, Maripili, rápido, trae una jeringa con una solución de Tranquiloyaina al noventa por ciento. Rápido. Tranquilo, señor Polaino, tranquilícese usted, luego vamos a hablar sobre qué es lo que he dicho indebidamente, pero tranquilícese, por ese camino no va a solucionar nada, por ahí no...

     -Cállate cabrón, cállate, no me tortures, no me tortures, ¿quién te lo ha dicho?, no me tortures... nooOOOOO...

     Toc, toc

     -¡Pasa, Maripili, rápido por dios!...

     -¿Qué hago, tengo miedo de que me ataque si intento inyectarle...

     -Ten cuidado, yo voy a tratar de agarrarle y entonces tu le inyectas donde pilles todo lo rápido que puedas, ¡venga! ¡AYYY...!

     -Ya está, ya se la he puesto.

     -¡AYYY, me ha mordido el brazo el mu cabrón!

     -¡Te mato, si vuelves a decir eso te mato, te mato, te mato, te matoOOOO...!

     -¡Señor Polaino, por ahí no...!

     -¡No, no, NOOOOOOOO... NOOOOOO.... MAMAAAAAA, MAMAAAAAAAA, NOOOOOOO NOOOooo ooo o o o o....

     -Ya se ha dormido. Maripili tráigame una dosis de hipnotinorfin mientras le pongo la camisa de seguridad.

     -¿Suficiente para hacerle caer en trance hipnótico?

     -Por supuesto.

     ....

 

     ....

     -¿Qué le habrá hecho reaccionar así?

     -No sé Maripili, pero ahora lo descubriremos, en cuanto se despierte estará bajo los efectos de la droga y entonces iré reproduciendo la grabación de la conversación y...

     -Ummmhh, ¿qué pasa...

     -Señor Polaino, escuche usted, prrreeee... por los aún más sospechosos de anormalidad enfermiza que es el ambiente del clero y sus torpes celibatos y han salido, si bien muchos de ellos maricones, la mayoría héteros en apariencia normalitos. Por ahí no...

     -¡Nooooo noooooo, otra vez nOOOOOOO...

     -Entre estas palabra está la clave, prrrreee..., por los aún más sospechosos de anormalidad enfermiza que es el ambiente del clero y sus celibatos y... En estas no está. prrrreeee.... han salido, si bien muchos de ellos maricones, la mayoría héteros en apariencia normalitos. ... Entre estas tampoco a ver sí... prrrreeee.... Por ahí no...

     -¡NooOOOOOO, NOOOOOOO, MAMAAAAAAA... NOOOOO....

     -Qué curioso, el desencadenante es: Por ahí no.

     -¡¡NOOOOOOOOO....!!

     -Por ahí no. esa es la clave, cada vez que lo digo le da el arrechucho. Maripili, ¿tienes idea de porque esas tres palabras le ponen así?, no las pronuncies, ya sabes las que digo ¿no?

     -Sí, pero no tengo ni idea de por qué...

     -Por ahí no, porai no, po raino, pora ino, ¡polaino, pol ahí no! ¡Pol ahí no! aquí, lino... ¡Pol ahí no! ¡Aquí, lino, pol ahí no! ¡Aquí, lino, pol ahí no!

     -¡MAMAAAA, NOOOOOOO, NOOAGGGGHHGGGNOOAGH...!

     -¡Le va a dar algo!

     -Tranquila, Maripili, ya lo tenemos. Aquilino, dime, tranquilo, no pasa nada, ¿dónde estás?

     -En la escuela, en el recreo en el patio. Y los niños mayores me dicen eso.

     -¿Qué te dicen Aquilino?

     -Eso... buahhhhh... eso que... buahhh

     -No llores Aquilino. Dime exactamente qué te dicen.

     -hhhmm hhhmmm... aquí lino... hhhmm hhmmm... pol ahí no uargghhhhh ahhhhhrrggg

     -Tranquilo, aquilino. Ya pasó. Ya sabes qué pasó, ya no tienes que seguir sufriendo....

     -¡No NOOOOO, NOOOOMAMAAAA NOOOOOO....

     -¡Tranquilo, aquilino, ya has descubierto el trauma y por lo tanto desactivado el...

     -¡NOOOOOO...

     -¿Hay todavía más? ¿Donde estás, dime qué está pasando ahora?

     -hhhmmm hhhmmm estoy con mi padre, en mi casa, le cuento llorando que estoy harto de que se rían de mi nombre y hhhmmm hhhmmm hhhmmm

     -Tranquilo, sigue contándome, no te va a pasar nada, yo estoy aquí...

     -hhhmm hhhmmm me ha dado un par de bofetones y me ha dicho que no hay que ser un maricOOOONNN buahhhhaggjhhh que hay que defender el nombre de la familiaaAAA buagghhgghh hhmmm hhhmmm y me ha partido la bocaAAAhhaghyh...

     -Tranquilo, Aquilino, ya paso, ya paso, ya lo has visualizado y nunca más te causará dolor... Qué barbaridad, Maripili, desde el principio sabía que la raíz de su sufrimiento era su nombre, más desde que se presentó hablando de nombres problemáticos. Pero creo que además estamos ante un caso de PPT ya sabes, patomaldad paternal trasmitida. ¿Como se llamaba tu padre, Aquilino?

     -Aquilino polaino.

     -¿Y tu abuelo?

     -Aquilino Polaino.

     -¿Y tu bisabuelo también?

     -Sí.

     -Efectivamente, patomaldad paternal trasmitida. Se da con mucha frecuencia, curiosamente más entre familias católicas y mediterráneas. El dolor que se arrastra durante toda una vida se siembra en el hijo para que se joda también ¿Y como has llamado a tu primer hijo?

     -Aquilino.

     -Claro. Señor Polaino, voy a chasquear los dedos y usted se va a despertar. No va a recordar nada pero va a quedar libre de su tara para siempre. Curado de su dolor y su carga. Chas.

     -uhy, que ha pasado.

     -¿Como se encuentra?

     -Muy bien... no sé por qué pero... mejor que en toda mi vida. Me siento como si flotara y como si estuviera lleno de un gozo aquí dentro que me cosquillea en... uhy, que cosas, que va usted a pensar...

     -No se preocupe, estoy acostumbrado a todo. Qué piensa de lo que dijo ayer en el Senado sobre que los homosexuales sufren una patología en muchos casos debida a los malos tratos paternos...

     -Yooo, que yo he dicho esoooo. uhy, por dios que barbaridad. Pero si hasta el mismo Cristo andaba de líos con san Juan. Y mira San Francisco de Asís... Qué tonterías puede llegar a decir uno, seguro que estaba mal por algo y... Pero ahora me siento libre, ¡libre!, y oiga me da lo mismo lo que haga cada uno, Yo por mi parte... Oye... ¿Te puedo llamar de tú? ¿Sí? Oye, ¿no te han dicho nunca que eres muy atractivo? Uhy, por dios, que vas a pensar de mi. Yo soy un hombre muy serio, ¿sabes?

     -Ya. Ya lo veo. Maripili por favor, acompaña a Don Aquilino. Don Aquilino...

     -Graciasss... puedo volver a hacerte una visita cuando...

     -Encantado. Venga usted por aquí cuando quiera pero por aquí, Lino, pol ahí no.

     -Uhy, que gracioso eres. Si supieras lo que he sufrido con eso que acabas de decir de pequeño... y hasta el otro día en esa manifestación tan divertida que hicieron los gays me lo corearon y... oye, ¿te puedes creer que me había sentado mal? Una ocurrencia tan al caso. Me tenía amargado. Ahora sin embargo me hace gracia. En cuanto llegue a casa voy a hacer caso de otra recomendación que me hicieron en esa manifestación y me voy a meter un pepino.

     -Claro. No creo que vuelvas a sufrir la carga de tu estigma. En el fondo más cruz tienen los jesuses y las angustias y son un montón. Vé en paz y dedícate a vivir tu nueva vida. Que la suerte te acompañe y la alegría te invada.

     -Graciassss. Hasta la vista.

    

 

     -Maripili... prepárame por favor cuando puedas la trascripción de la grabación del tratamiento del señor Polaino. Tengo que preparar un serio informe para el Senado.

     -Sí. Hay que ver cómo ha entrado y cómo ha salido. Parecía hasta más joven. ¿Sabes?, ha decidido bajar por las escaleras en lugar de coger el ascensor y bajaba dando saltitos y cantando, somos lirios, somos rosas, somos lindas mariposas...

     -Sí, ya sé. Menuda papeleta me toca ahora a mí con el Senado. Pero que remedio. Tendré que mostrarles que he descubierto evidencias experimentales que avalan las teorías que él expuso en su comparecencia. Es duro porque ahora no interesa políticamente el asunto y me arriesgo a que me pelen vivo, pero lo tendré que hacer en pro de la ciencia pa to lógica. Qué remedio. A ver, lo podría titular, evidencias clínicas sobre la influencia de los traumas infantiles no superados en el desarrollo gratificante de la propia sexualidad. Sí, más o menos eso es.

 

Enrique López

enriquelopez@elbarrancario.com

 

   
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