Si prefieres leer el texto sin fondos o imprimirlo ábrelo en  pdf aquí

   

 

Sobre el tradicionalculturalismo

 

 

     Acabo de leer a un famoso escritor español que se queja con horror de que en los últimos tiempos ha habido un verdadero genocidio cultural y que ya somos todos, en el Planeta, prácti­camente iguales, igualados en el american guai on laif. Desde luego. Me digo. El objetivo es tener a todos dentro del catálogo de compras. Y luego le leo un poco más y algo hay en lo que dice que me dice sino estará un poco... como decir... ¿carcundando? Viene a reivindicar algo así como la raigambre de lo español... Sí, algo hay en al­gún modo en su discurso que me sabe a carca, me quedo como que rumiando en un estómago pensátil muy perdido por ahí dentro, subconsciente e invo­luntario. Sí. Un cierto reivindicar como defensa la vuelta a los orígenes grupales es. Y de pronto se me cuaja la clave en la sesera. Claro, esto es como lo de los movimientos anti globalización esos, que, muchos, la mayoría de las veces, más que dar en el clavo lo que hacen es mear fuera de tiesto. No, no, que va, no se trata de que ahora en pro de no sé que coños de mejora de una auten­ticidad sagrada y fallecida tengamos que reaccio­nar a la mundialización de la mezcla de culturas, ya sean usa o asa, multi, etno, merca o marca, rebujándonos con fuerza en lo ancestral que nos venga por el lado de familia, y por lo tanto de patria, cielos, no caigáis ni por error en el pozo de mierda de tan terrible palabra. Sabed que ya sea chica o grande, siempre es caca. No. No se trata de volver a agarrarnos a eso que han venido llamando lo nuestro y que nunca fue de uno para defendernos de la uniformidad que pretende col­garnos el Sistema. De todos modos el Mercaraiso Mundial controla y promueve las filiales naciona­les que es un gusto. Precisamente lo que hay que hacer hoy es todo lo contrario, aprovechar al máximo el torrente de comunicación en que nadamos y:  bebiendo de todos los vientos y follando con todas las ideas, despatarrados por completo los sentidos a toda corriente y moliente de datos que nos lleguen como polen de teleinformaciones, ge­nerar tus propios modus, vivendis, pensandis, creandis y actuandis, y hacer de tu capa un sayo a tu putísimo gusto y regodeo bordándola con to­dos los hilos que te plazcan, que se te antojen y te parezcan bien, sin más explicaciones, sin que te importe quién cojones hiló el hilo, ni en la tripa de qué gusano se crío la fibra, pa ti y pa tus güevos, sin copiar, eso sí, ni a dios ni al de al lado, y sin vestirte con nada que te pese, vete tú a saber por qué, llevar encima, sino todo lo contrario. Romper con las cepas trasmisoras del linaje. Huir de la religión al grupo. Hacerte tu gazpacho sin recetas. Flotar libre en tu globo y concebir de ti y tus costumbres mixturadas la única nación con validez. Y vivir sin ataduras del aire de la Atmósfera, como esas plantas de claveles sin raíz que crecen en Canarias. Sin que te lo diseñe nadie, ni sea necesario que tu ra­reza se tenga que reconocer en clase alguna de constitución cochina y proclamable.

 

Enrique López
enriquelopez@elbarrancario.com

 

 

   

VOLVER Al ARCHIVO DE  EL CRITICON

 

CONTACTO REDACCION

Si prefieres leer el texto sin fondos o imprimirlo ábrelo en  pdf aquí