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El barrancal.-
Mialos ¿Sabes quién son? Son la
Comisión Gubernamental para el estudio del “problema” del
sobre-salto de la valla de Melilla. Ya sabes, esa que se han estado
pasando por los güevos los negros por cientos cada noche, dejándose el forro literalmente en las puas. Sí, ya lo sabemos, la noticia es vieja. La
foto es de finales del cero nueve cero cinco. Pero en el B.B. somos
vagos, y nos la trae floja el andar corriendo como putas por rastrojo para ganar la cresta de la ola de los medios. Anda y que les
den. Aquí nadie vive de la noticia. Nosotros somos otra cosa. Y,
además, aunque ha tiempo ya que nadie habla de ellos, pobrecitos,
siguen los negros a miles trepando por las áfricas como
espermatozoides obsesos. A pata. Por un útero hostil y asesino que les
diezma en su carrera hacia un óvulo pachucho. Sólo que ahora lo
hacen sin que los miren las cámaras del realiti chou, a oscuras sin
los focos de la atención de Occidente. Solos en su singlar. Mejor
para las fuerzas que se dedican a su exterminio. Sabido es que hay
cosas que, aunque están dentro del como se debe, podrían dañar la
imagen del recto proceder si fueran vistas. La foto es
auténtica. De verdad que es de verdad, no es una broma nuestra. Son
ellos. Pasamos de los nombres. Es posible que tengan algún
componente europeo. Son la auténtica Comisión de altos funcionarios
desplazados con urgencia al lugar para estudiar in situ la gravedad
de los hechos.
Vaya cachaza. El que se
sujeta la cabeza con la mano está en esa postura tan de comadre de
estas tierras cuando dicen, Izú, madre mía, qué marrón que m’ha
caío. No sé por qué al verle he pensado que lleva los güevos
colganderos ¿Puede que sea el de representación más social e
independiente? Y la más joven, ¿es la secre? ¿Es la que menos tablas
tiene por la edad y de ahí su expresión cabizbaja? Qué de cosas en
las manos. Aunque con ella también, si la quitamos de la foto, el
resto podría estar perfectamente en un museo mirando por ejemplo la
Gioconda, y el que habla ser el guía que repite lo aprendido sobre
lo enigmático de su enigmática sonrisa. Talmente. En ese caso la de
blanco con el bolso al culo sería la que, a pesar de ir en el viaje
organizado, pasa de arte, de Gioconda, de museo, y de prácticamente
todo en esta vida. La de las gafas de sol hace pensar en las
divas cuando van de entierro.
¿Os los imagináis luego, en la mesa de proyectos, fuera del
ojo de las cámaras? ¿Y en los trabajos del almuerzo? Qué habrá
pensado cada uno de sí si es que se han visto en la foto. Ah, claro,
la actividad pública genera callo en ese tipo de sensibilidad. Ya
decía yo que no parecía que se hicieran mala sangre por nada. |
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