Tengo que agradecer a:

 

un tal Álvaro Azcona en http://alvaroancona.blogspot.com  la imagen que sirve de fondo a El Criticón. La de la ventana del puerto. Pero no estoy del todo seguro, porque es difícil llevar la cuenta de cuales son los sitios de donde se cogen las cosas.

a unas páginas técnicas de las que pillé las imágenes que aparecen en Pulgoncitos y cuyas direcciones copié, pero de una manera que ahora soy incapaz de recononcer. Juro hacerlo bien para la próxima vez.

a http://idh.pnud.bo/webportal/Publicaciones/InformeNacional/tabid/110/Default.aspx que fue donde encontré la portada de un libro titulado El estado del Estado en Bolivia, y que vete a saber quién será el autor (del libro y de la portada, que es la que he pillado)

a Magritte por el cuadro famoso que aparece en epilogo de tributo.

Y a Frank Sievert, amigo y anfitrión mío,  de los tiempos de mi vida en los berlines en su casa de la Beermanstrasse de Treptow, pintor incansable y científico espacial. Por el cuadro que me regaló y del que he sacado una foto y he puesto en Tributo. POr cierto que lo último que supe de él fue una historia curiosa, que me contó otro amigo también Berlinés (no nacido en la ciudad como los buenos berlineses y los buenos madrileños) y que venía a contarme que Sievert seguía pintando pero que también viajaba mucho a congresos por lo de su condición de científico y que en una estancia reciente que había tenido en EEUU había sufrido una lipotimia a la salida de un centro comercial y se había partido la cabeza al caer al suelo y le habían tenido que dar un chorro de puntos. Así que fue a coger el avión de regreso con el coco metido en un turbante de vendas que no se podían quitar. Desgraciadamente le habían cosido con una suerte de grapas,  y los aparatos detectores de metal pitaron. Como no se podía andar retirando vendajes le habían introducido en un invento consistente en una cabina dentro de un núcleo muy grueso de hormigón en la que hacían pasar ciertas ondas que, en caso de que hubiera llevado una bomba la habrían hecho explotar sin más perjuicio que el del propio que la llevara y tener que limpiar luego la cabina de toda la sanguinolencia. Me impactó la historia, y el que existan esas cosas y esa gente capaz de diseñarlas, construirlas y funcionarlas, por la gloria de las patrias y de tirar pa'lante en esta vida.